Con motivo de las fiestas de mi ciudad, Jorge Bucay vino a hacernos una visita y a presentar su nuevo libro: Rumbo a una vida mejor.
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Conocía al autor por referencias y porque ya ha publicado varios libros, pero nunca he leído su obra porque el tema no termina de atraerme, pero reconozco que hay mucha gente interesada; y así lo puede comprobar ayer en la presentación.
Este médico y escritor argentino me sorprendió por su simpatía y por su manera de presentar su libro. No mencionó el libro para nada, simplemente habló. Nos contó anécdotas de su juventud y nos hizo algún experimento que otro para hacernos llegar a la conclusión final.
Él pretende darnos unas pautas para una vida mejor. Según él a lo largo de la vida aprendemos, estamos en un constante aprendizaje. También dijo: " Hay que ser muy tonto para no aprender de los demás". Creo que tiene razón, de los errores se aprende, tanto de los propios como de los ajenos.
Hizo referencia a tiempos lejanos en los que la realidad sólo se podía mostrar a través de cuentos o leyendas; en la actualidad hay muchos métodos.
Según Bucay no nos podemos quedar estancados y esperar a que las cosas pasen, no, tenemos que animarnos a opinar, a avanzar, a decir lo que queremos etc. La humanidad avanza porque alguien se empeña en ver más allá y en investigar. Alguien que después de saber la respuesta sigue preguntando e investigando. La cura de muchas enfermedades no hubiera sido posible sin el afán de ir más allá.
Si nos quedamos estancados en lo que sabemos o en lo que nos han enseñado podemos equivocarnos porque nadie lo sabe todo y la vida es un constante aprendizaje.
Habló de las diferentes culturas: el budismo, hinduismo etc hasta llegar a la cultura occidental. Mencionó que los budistas son conformistas y que aunque lo pasen mal se resignan. Los que me conocéis sabéis que el Budismo me interesa mucho como filosofía de vida.
Llegando a nuestra cultura habló del mito de Adán y Eva. Os diré que le dio la vuelta con mucha maestría y nos hizo verlo de manera diferente a como nos lo han contado; eso sí, manteniendo la versión original desde el principio. Sin entrar en detalles de cómo cambió el significado del mito, iré a lo importante: el castigo. Tenemos una tentación y un castigo como consecuencia final. ¿ Por qué tentar para luego castigar? En la cultura occidental tenemos muy forjada la idea de que si no obedecemos merecemos un castigo. Pero Bucay dijo que más que un castigo hay que verlo como una enseñanza.
La sociedad actual es muy competitiva. Si mi vecino tiene un coche nuevo, yo me lo compro más grande, o llevo a mi hijo al colegio más caro porque creo que la educación va a ser mejor. El caso es que con esta actitud estamos diciendo a los niños que el que no hace eso está por debajo y tenemos que ser los mejores.
Además de la cultura, en palabras de Bucay, y de los padres, la sociedad nos condiciona muchísimo. Para él el cambio está en la sociedad.
Obviamente el cambio es difícil porque la sociedad en la que vivimos es competitiva al máximo, pero hay que saber dar importancia a las cosas que realmente la tienen.
Para terminar os contaré un detalle que me puso los pelos de punta. Nos explicó que Finlandia estaba sumida en una crisis enorme, como la que padece España u otros países. Sus gobernantes decidieron recortar absolutamente en todo, menos en educación; el país ha salido adelante.
Esto es un resumen de lo que nos contó el señor Bucay. Vuelvo a decir que me encantó con su sentido del humor. Hubo momentos de estar riendo a carcajadas.
Por el momento no creo que me decida a leer su obra porque no frecuento el género, pero sí os diré que mereció mucho la pena la presentación de este libro.