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A todo lector le sonará Fernando de Rojas; si no es así, os cuento que es el autor de "La Celestina".
Por lo tanto, debemos situarnos a finales del siglo XV, con una América recién descubierta y unos Reyes Católicos emporedados. Aunque éste es el telón de fondo, Luis García Jambrina se centra en la figura de Rojas, nuestro indiscutible protagonista.
La acción transcurre en Salamanca, donde Fernando de Rojas es estufdiante de Leyes. Poco antes de terminar sus estudios ocurre un asesinato; Fray Tomás es hayado muerto en la calle. Diego de Deza, obispo y amigo del futuro escritor, le encomineda la misión de descubrir al culpable. Para ello, el joven Rojas debe internarse en monasterios y hacer una labor de detective al estilo Guillermo de Baskerville.
Durante su investigación, dos muertes más se suceden en la ciudad. Una de ellas, es la del Príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos. Los tres cadáveres muestran síntomas de envenenamiento.
Como dato curioso, cabe mencionar que durante sus pesquisas como detective, nuestro protagonista conoce a una tal Celestina, ex dueña de un burdél y alcahueta como ella sola.
El propio García Jambrina dice que es una obra de ficción, pero los personajes que en ella encontramos son reales. Incluso, la vieja Celestina se dice que existió. Es más, en el epílogo, el autor nos cuenta cómo Rojas escribió su obra maestra y de dónde sacó la idea para hacerlo.
Como podéis comprobar, es una historia que merece mucho la pena. Hay una gran labor de investigación y se dejan claros visos del Renacimiento, que estaba a la vuelta de la esquina, en las constantes alusiones a personajes mitológicos y a frases en latín y en griego.
