Mujer y literatura

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La semana pasada acudí a una charla sobre el papel de la mujer en la literatura. A mi modo de ver se dijeron y debatieron cosas que nada tienen que ver con la realidad. Tanto es así, que me gustaría comentarlo con el bloguerío para escuchar vuestra opinión.

Para comenzar, he elegido una imagen que muestra escritoras vivas y fallecidas, que han marcado una época en la literatura; y sí, eran y son mujeres.

Uno de los aspectos que no se debatió y en  el que no estoy de acuerdo es que la mujer o se casaba o se prostituía. Decir esto es muy arriesgado y falso a la vez. Quedaba la opción de ordenarse monja, o entrar a servir en alguna casa de gente pudiente. Por no hablar, de que en la Inglaterra victoriana muchas mujeres solteras con estudios eran institutrices de hijos de familia bien. 

Se comentó que se ha perdido mucho material porque no eran hombres los que escribían, a lo que yo recalqué, que se había perdido por no escribir con pseudónimo. Tampoco es cierto, y también lo remarqué. Las hermanas Brontë  publicaron con nombre y apellidos, Mary Shelley y su madre, Mary Woodstonecraft (creo que he escrito mal el apellido, lo siento) tampoco utilizaron pseudónimo, y como ejemplo español, tenemos a Fernán Caballero, cuyo nombre real era Celicia Vol de Faber. Con todos estos argumentos expresé que estas mujeres que escribían bajo pseudónimo no quisieron arriesgar, se escondieron tras un nombre masculino para publicar sus obras. Expliqué que deberían haber arriesgado y escribir con su nombre de pila. Parece que no gustó mi apreciación.

Por último, y con lo que decidí levantarme y marcharme fue que una mujer de las allí presentes, intentó "pararme los pies" argumentando que si ella como mujer va a una editorial a publicar su obra, no se la publican por el hecho de ser mujer. También le rebatí su argumentó, pero no escuchó. 

En fin. Lo que intento expresar con esto es que la mujer ha tenido y tendrá una gran importancia en la literatura. Es cierto que hay buenas obras bajo nombre masculino, pero otras muchas y muy buenas escritas por mano y nombre femenino. Es arriesgado e ignorante, bajo mi punto de vista, poner a la mujer como sufridora constante en algo en lo que no lo es tanto. Con esto no quiero decir que no haya sufrido las de Caín, pero  que queramos hacer mártir a quien no lo es tanto, tampoco me parece apropiado. 

Os cedo el turno de palabra.